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Escucha y participa online: conversando sobre educación integradora
Las Comunidades de Educación Integradora FCN, previamente a estos encuentros abiertos, habíamos reflexionado sobre el estado de ansiedad con que nos estábamos enfrentando a esta nueva forma de trabajar, denunciando cómo la tecnología y las técnicas estaban reemplazando a la relación.
Cerca de 400 personas vinculadas al ámbito educativo se unieron durante dos encuentros online (sábados 16 y 29 de mayo) a la propuesta del Área de Educación Integradora de la Fundación Claudio Naranjo: unos encuentros para expresar cómo estaban viviendo esta temporada de confinamiento y educación online.
Grazia Cecchini, coordinadora del Área de Educación Integradora, dio la bienvenida explicando que “este espacio nace de la necesidad de denunciar el malestar que estamos viviendo educadores y familias; para acompañar en estas vivencias y compartir las bonitas experiencias que también están surgiendo, así como para aportar una crítica constructiva. Es un espacio humano abierto para manifestar lo que están sintiendo las personas dedicadas a la educación.”
Previamente a estos encuentros abiertos, las Comunidades de Educación Integradora FCN habíamos reflexionado sobre el estado de ansiedad con que nos estábamos enfrentando a esta nueva forma de trabajar, denunciando cómo la tecnología y las técnicas estaban reemplazando a la relación. También quedaban patentes las dificultades de las familias a la hora de conciliar el teletrabajo (o la falta del mismo), los cuidados domésticos y de sus hijos e hijas, además de enfrentarse a las nuevas exigencias de la educación online; todo eso con muy poco o ningún apoyo y, muchas veces, sin recursos materiales.
Al final nos hemos visto involucrados en un “hacer” compulsivo, volviendo otra vez a confundir educación con instrucción, evidenciando la enfermedad de una educación obsoleta -como denunciaba Claudio Naranjo- en la que no se contempla la educación como guía ni acompañamiento, y que abandona a quien no tiene posibilidades materiales o culturales. La relación, fundamento de la educación, no se menciona ni se toma en cuenta, al contrario, aprender a recopilar información y exaltar las plataformas más adecuadas se ha convertido en el asunto más importante de estos tiempos.
Ha sido muy interesante ver cómo hemos participado en ese proceso engañoso o, al menos, cómo no nos hemos dado tiempo para parar y hacer una reflexión más profunda.
Y para desentrañar todo esto y dar voz a las personas que lo están padeciendo propusimos, a través de varias preguntas, ir abriendo un espacio de reflexión sobre las distintas vivencias personales durante el confinamiento: ¿de qué te has dado cuenta?, ¿cómo te has sentido?, ¿qué necesitas?, ¿cómo contribuyes a que todo siga igual?, ¿a qué no quieres volver?, ¿a qué te gustaría comprometerte a cambiar en tu vida diaria?
“Ritmo lento; mirada a los demás; reforzar los vínculos; disponibilidad, iniciativa; parar y conectar; sosiego, confianza y amor; expresar mi inconformidad; darme voz y escucharme; saber decir que no; respetar mi necesidad; menos exigencia; reivindicar un espacio de escucha; expresarse en la dificultad; pedir ayuda; confiar; (auto) cuidados; ser más y hacer menos; escuchar al cuerpo…”
Estos fueron algunos de los compromisos personales que manifestaron los/as participantes para incorporar en sus vidas y en sus acciones educativas, y así fundirlas con sus sentimientos, con el cuidado de sus necesidades y con la creencia de que otra educación es necesaria.
Nuestra propuesta es dar un paso atrás, alejarnos de este proceder automático y poder cuestionar, de algún modo, este funcionamiento socialmente establecido y aceptado.
Para empezar, se trata de caer en la cuenta de que estamos sometidos/as a un gran nivel de estrés, exigencia, ansiedad, etc. A menudo, ni podemos sentir lo que nos sucede o darle un cierto espacio, ya que la actividad y el rendimiento es lo que nos ocupa.
Reivindicar la tristeza
“Siento tristeza por haber perdido el espacio de trabajo, la relación directa con las alumnas/os. Por mucho que nos feliciten, me siento mal porque nos felicitan por seguir, por no alterar nada. Es el primer engaño que siento.” Ori Hernández, profesora de ESO y una de las coordinadoras del encuentro, compartía ese sentimiento de que las/os educadores tenían derecho a reivindicar su tristeza y malestar estos días.
“¿Cuál es el objetivo de nuestro trabajo? La primaria se va “secundarizando”, vivimos la hegemonía de los contenidos y de lo conceptual, por encima de otras disciplinas más artísticas, por encima de la relación. Vivimos la tiranía de los contenidos. Deberíamos ser seres que supiéramos mucho, que entendiéramos el mundo, pero no es así; ni siquiera nos entendemos a nosotros/as mismos/as. Este es el segundo engaño que siento: basar la educación sólo en contenidos.
Es un buen momento para plantearse ¿para qué educamos? ¿por qué? En un mundo en crisis, también reivindico que no tengamos la respuesta, es difícil responder a esta pregunta.
Pero sí veo necesario que tengamos un espacio para plantearlo y compartirlo. Tener un espacio para compartir ¿qué hacemos? Pero en estos días en los centros, los claustros no nos hemos juntado y lo que hemos hecho es seguir. Me doy cuenta de que muchas personas están insatisfechas, frustradas, cansadas y asustadas; pero esto no se dice abiertamente, en el centro, solo se comenta en privado. Y cuando esto pase nos preguntaremos: ¿fue útil, los acompañamos?...
Creo que ayuda a entender por qué todos actuamos de esta manera, -a mí me ayuda- ver el análisis que hacía Claudio Naranjo del sistema en que vivimos, el sistema patriarcal. Estamos esperando las instrucciones de qué hacer, que nos vengan de arriba. Falta la parte amorosa. Está reprimida la parte instintiva, la espontaneidad.
Somos parte de este sistema patriarcal. Somos asintomáticos, tenemos el virus “patriarcal” y lo extendemos sin darnos ni cuenta. Pero queremos poner de manifiesto los síntomas de este “virus” y ver qué podemos hacer desde ahí.”
Contactar con el sentir y la necesidad
En este encuentro también quisimos dar espacio al cuerpo, a las sensaciones físicas, que las exigencias, las tareas, la familia y la escuela han puesto de manifiesto. Para ello Patricia Carrero, orientadora educativa, propuso un ejercicio de evocación de situaciones, sensaciones o malestares vividos durante estos meses, para dejar que fuese el propio cuerpo el que se expresara.
Hilando con este trabajo corporal, Vanessa Barbero, profesora de ESO, acompañó a las/os participantes a darse cuenta de que: “Esto que nuestro cuerpo ha sentido son los síntomas. Es nuestra propia mirada hacia cómo nos sentimos física y emocionalmente la que nos puede dar el aviso de que necesitamos parar y replantearnos nuestras acciones sociales y educativas y asumir un compromiso personal de cambio."
Algunos testimonios...
“Necesito desobedecer al policía interno. Y al externo. Disolverlo primero dentro y después fuera. Me siento liberado de poder compartir”.
“Hay que reivindicar la misión de cuidado del educador”.
“Este espacio, foro y otros como este, son ejemplos de cuestionamientos; espacios para la reflexión, el debate y la elaboración de propuestas para crear un nuevo paradigma educativo... aquí estamos educadores conscientes, ¡hagámoslo posible!”.
“Gracias por la oportunidad de escuchar y compartir”.
“No nos olvidemos del ‘para qué’ de todo esto, es una buena guía”.
“Que las relaciones sean a través de pantallas, que la educación online haya llegado para quedarse, es realmente preocupante”.
“Al parar tocamos lo vulnerable, por eso asusta tanto; esa es también mi experiencia tanto personal y como educadora”.
“Reflexión educativa y praxis”.
“Yo también he visto muchas potencialidades en este confinamiento. Y acompañarse para acompañar”.
“Cuidarnos para cuidar”.
“Es que nos hemos creído solo la ‘lógica de mercado’ para gestionar los bienes con que atender nuestras necesidades. Empezamos a retomar la lógica comunitaria, la acción política ciudadana que ve, reflexiona, se une, actúa”.
"Muchas gracias por el espacio para poder escuchar y sentir. Me hace sentir que no estamos solos”.
“No estamos solos y tenemos más capacidad de respuesta de la que a veces nos hacen creer desde fuera...”.
“Confío en la capacidad del ser humano para salir adelante ante la adversidad, desde el compromiso y responsabilidad; y sobre todo la actitud positiva en la vida”.
“Contenidos de mirarse para adentro”.
Seguiremos encontrándonos en este espacio Escucha y Participa online.