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Gestalt, terapia de realidad

¿Porqué una conferencia sobre gestalt, sin ningún apellido de educación?

Reseña de la conferencia “gestalt, terapia de realidad".

La universidad está casi desierta, es el turno de tarde y hay convocada una huelga de estudiantes. Es la segunda Conferencia del III Ciclo sobre Educación Transformadora. Doy la bienvenida al auditorio en el Salón de Grado de la Facultad de Educación de la UHU, somos casi un centenar. La Comunidad Educativa de Huelva va creciendo en muchos sentidos: diversidad en rostros y edades, familiares, amigos, alumnos y profesores, buscadores en general, muchos vienen por la convocatoria del Comité y la confianza que les merece, otros tantos porque simplemente el ponente se lo merece.

 “Gestalt, una terapia de realidad” ¿Porqué una conferencia sobre gestalt, sin ningún apellido de educación?

Recuerdo que cuando comencé mi formación, le dije a Concha, esto lo tenemos que llevar a la escuela, para los niños como herramientas de autoconocimiento, y para los adultos para que con nuestra vida podamos mostrarles que vale la pena vivirla. La Gestalt es mucho más que una terapia o un enfoque, es una actitud, una forma de estar en el mundo, de relacionarme, en la que cada día se me amplia el campo de aprehenderme, de hacerme responsable de este aquiyahora y de lo que quiero hacer con él. Por esto creemos que la Gestalt es importante y no necesita apellidos.

Concha, Directora de AFRA,  recibe cariñosa y admirativamente a Pedro de Casso que se nos entrega desde su serena madurez y es hoy nuestra “Gestalt” encarnada.

Algo tendrá esta terapia, comienza Pedro,  que tiene más de 70 escuelas en España y varios miles de terapeutas. Como buen didacta no presupone nada y comienza desde la infancia de su creador, Fritz Perls, y cómo fue constituyendo su amor a la verdad y a la autenticidad hasta su muerte.  Disfruté de muchas de las anécdotas e imaginarme al gran Perls agobiado por sus complejos, infundiéndome mucha esperanza.   

He aquí el sentido de la palabra “realidad” o autenticidad, no deja de repetirnos que es lo mismo.  Se trata de saber quien soy yo y quien no soy yo,  es, por lo tanto, un tema de identidad humana, de cómo yo la voy construyendo.

El recorrido de las influencias personales, filosóficas y científicas del entorno de Perls deja patente una nueva cosmovisión humana más allá del ámbito terapéutico diversificado del que bebió. Veo en su quehacer el sentido integrador. Y así descubre que el hombre “configura” su realidad, fundamentalmente a partir de los mandatos paternos y maternos, y durante el resto de su vida sigue respondiendo automáticamente lo aprendido en los primero años de ésta, a saber nuestro carácter. La   gran genialidad de Perls fue la aplicación de la Psicologia de la Gestalt a las relaciones humanas.

Si esto es así ¿cómo salir de esta encerrona existencial? Con el darme cuenta de cómo configuro esta realidad,  sólo así puedo ir liberando esas cadenas que me impiden satisfacer mis necesidades y estar enganchada irresponsablemente en la vida de otros.

Hizo un repaso clarividente y actualizado del conceptos importantes: el ego, los mecanismos neuróticos, el perro de arriba y abajo, brújula biológica, autorregulación organísmica, espontaneidad, automatismos, etc.  Y fui comprobando en mí cada uno de sus  ejemplos, cómo me creo un mundo neurótico renunciando a las necesidades actuales por ser fiel a las respuestas aprendidas en el pasado que me hacen dependiente en mis relaciones. Identidad y la libertad para realizarme (hacerme real) o lo que es lo mismo cómo pasar de mis reacciones automáticas a mis acciones creativas. ¿Cómo distinguir lo automático de lo espontaneo? Me cuesta mucho escuchar esta diferencia. El criterio es claro: aquello que me sienta bien, aquello que me deja en paz.

Me suena cuando dice que el proceso terapéutico es un campo para contactar con lo siento frente a mi y en el grupo, una oportunidad para aprender la habilidad de responder adecuadamente a mis necesidades. Así puedo combinar la consciencia de esta doble realidad, la propia y la ajena. ¿Y el otro? ¿Quién es para mí? El criterio se actualiza y repite como un fractal, aquello que me sienta bien después de escucharme y escuchar al otro, aquello que me deja en paz.   Esta es la actitud gestáltica,  ser consciente de la propia realidad y hacerse cargo de ella,  en contra de los iluminadores instantáneos. Y nos recuerda, como discípulo de Claudio, que este darse cuenta es triple, cuerpo-emoción-pensamiento y me digo como aprendí de Claudio, como el cerebro, como el amor.  

Y el alma se me queda con un gustillo a sabiduría y ternura. Gracias Pedro, por ayudarnos a que esta Revolución llegue a nuestras vidas, a nuestra familias, a la Educación de Huelva.

Eva Mª Fernández Vázquez